jueves, 2 de febrero de 2012

Dos viajes seguidos a La Cumbrecita

Enero es el mes clásico de las vacaciones . Febrero ha sido acortado por, además del emperador romano,  las burocracias escolares. Por lo tanto, viviendo en un lugar turístico, recibimos a dos hermanas de Julia con sus familias, separadas por pocos días. Ambas querían visitar La Cumbrecita, que antes con el camino de tierra tenía su atractivo como viaje. Hoy con el asfalto y los empendimientos hipercomerciales como "El Peñon del Agiula", las cosas han cambiado.
Haremos una aclaración: La Cumbrecita es un lugar hermoso, que nos encanta, que fue en un principio una genial idea turística, en una sierra que con sus atractivos, nosotros la amamos, pero que a muchos no "les cierra", sienten que falta algo. Quienes idearon La Cumbrecita, le dieron ese toque, que llega a la nostalgia casi genética de todo aquel que directamente o a través de sus ascendientes, bajó de los barcos. Esa idea turstica, siguió evolucionando, creciendo y hoy es lo que es: Un pueblo repleto de gente, que fuera de temporada mantiene su atractivo, pero que en pleno enero, es dificil mirar un helecho o esas raices de cuento de gnomos, sin que alguien te pase por arriba, te saquen una foto o que un niño te largue un grito en la oreja. Pero los parientes vienen cuando vienen los otros turistas y nosotros estuvimos en La Cumbrecita el 15 y el 22 de enero de 2012.
Por razones que se nos escapan, quienes pasaron un hermoso día con nosotros el 15, pidieron con énfasis que elimináramos su parte. Así lo hicimos, pero la verdad es que esperamos que elijan otros lugares para veranear y no cerca de casa. Los Exploradores somos cosa seria, carancho.
Así que esta nota se llama ahora:

Con los Acosta en La Cumbrecita

Fecha:15 y 22 de enero de 2012
Km Recorridos: 158 km con varias caminatas.
Duración: 1 día c/u
Transporte: Nuestro Renault 12 modelo 92, renault traffic modelo 92
Integrantes: María Julia y Néstor con  Estrella y familia Acosta (7 integrantes)
Equipo: Quesos,frutas,  agua mineral de Autoservicio La Esquina de Villa Amancay, termo, yerba, mate;  cocina a gas, cartuchos de gas, cámara Nikon L110, 
Clima: Los dos dáis soleados calurosos


El viaje comienza...


Salimos de casa a las 8:45 con rumbo a la terminal de Santa Rosa con la intención de dejar allí a nuestra hija mayor Lucía que regresaba a A las 9 nos encontramos con los Acosta. Sin demoras partimos hacia Yacanto por la ruta de asfalto. La idea era luego de Yacanto, tomar hacia Atos pampa (del quichua su casa en Córdoba.Atoj pampa: llanura de la zorra) por tierra y luego por el asfalto hacia La Cumbrecita. Los primeros tramos hasta Santa Mónica, el camino es de faldeo y se atraviesan los diferentes pueblos de las afueras de Santa Rosa. Luego de pasar el balneario Miami, el camino dobla hacia la izquierda y comienza la trepada, que antiguamente era un camino de cornisa (lo llamaban los caracoles o camino de las 99 curvas) que era mucho más lindo que el actual, pero que el "progreso" nos arrebató. Se sube  bastante, desde los 598 metros snm en el puente de hierro en Santa Rosa de Calamuchita, hasta los 972 msnm en el Atalaya o el mirador de la familia Lopez. 

Hemos dejado las fotos del día 15 así hay más para mirar.


Vista desde el mirador

Otra vista



Luego de la primer parada en el mirador, proseguimos viaje hacia Yacanto ya por la llanura llamada Atun Pampa (del quichua Jatun: grande) En pocos minutos llegamos a Yacanto, no sin antes tener que sortear a una conductora inconciente que al volársele el gorrito por la ventanilla, frenó en plena ruta y en lugar de detenerse en la banquina, se detuvo en el medio de la cinta asfáltica. Nosotros veníamos unos metros atrás y debimos frenar nocon urgencia, pero si sin saber cuál era el problema de las paseantes. Por supuesto que al pasar, nos acordamos de sus familiares más directos.


Un lugar sugestivo

Atum Pampa
Entrando a Yacanto con el Champaqui de fondo
Ya en Yacanto, pasamos de largo, mirando lo increíble del crecimiento inmobiliario que ha tenido esta villa. Lejos ha quedado aquel tiempo cuando el almacén de Juan Carlos Vélez era casi el único comercio de un grupito de casas.

Tomamos, ya por la tierra el camino de 20 km que une Yacanto con Atos Pampa. Este recorrido es hermoso en cuanto se comienzan los 20 km y mantiene su atractivo hasta llegar a Atos Pampa. La belleza natural de la sierra se combina con las abigarradas forestaciones de pinos, los serpenteantes ríos, por caso el San Miguel y el Tabaquillos, que al unirse forman el Santa Rosa y algunas mansiones que se alcanzan a ver en los hermosos vallecitos. El estado del camino es en general bueno, teniendo en cuenta que es un trayecto bastante pisado y que en algún momento la dejadez lo había puesto en muy mal estado. SI bien es muy transitado, solo nos cruzamos con un par de autos.
saliendo de Yacanto



Hermosa arboleda
Restos de un incendio


Los Comedhingones

Estre señalando el Champaqui




El Santa Rosa

Puente Blanco igual al de Río Grande

Hermosa postal

idem

Es notable como a lo largo de los años, las zarzamoras (blackberries) se han reproducido por todos los rincones de la sierra, especialmente por esta zona hay metros y metros de plantas y los frutos que dan para enero, hay que tener la paciencia de recolectarlos y pincharse un poco o bastante!!

Luego de mirar las bellezas del lugar proseguimos viaje hacia nuestro destino. La parte que llega hasta Atos Pampa, no está tan buena como la precedente. Hay más piedra suelta y unas cuantas cortadas, pero nada grave como para darse la vuelta. La salida del río es una larga subida que se puede encarar todo en segunda y despacio, ya que al momento de pasar estaba esa parte en especial con bastantes pozos y cortadas.

Luego de pasar por Atos Pampa, se dobla a la izquierda por el asfalto y se tienen unos 18 km hasta La Cumbrecita.


Nuevo puente sobre el río Los reartes, en Inti Yaco (aguada o aguas del sol en quichua)

Salida del río Los Reartes
Llegando a destino
Se pasa por el puente del río Los Reartes, un hermosos lugar antaño repleto de truchas arcoiris y a la salida hay una pronunciada subida que hay que realizar con paciencia, más cuando toca delante una casa rodante como nos pasó a nosotros. Hay que aguantarse la "amansadora" ya que lo contrario implica arriesgar la vida propia y de otros.

En pocos minutos estuvimos en las inmediaciones de la CUmbrecita, pudiendo apreciar los cambios edilicios que son constantes en su periferia, 20 años atrás inexistente.

La Cumbrecita fue declarado hace algunos años pueblo peatonal, es decir, no se puede circular por el casco histórico (cruzando el río del Medio) con autos. SOlo pueden pasar aquellos que van hacia hoteles o cabañas o que abastecen a comercios y emprendimientos. El resto de los mortales debemos dejar el auto en la entrada, previo pago de $40. a los amables empleados municipales. Si la urgencia es ir al baño, en la terminal que se encuentra a pcos metros del estacionamiento, se encuentran excelentes y limpias instalaciones.
Es decir, por las callejuelas no circulan autos. Existe un servicio de unos carritos tipo golf, eléctricos que realizan un paseo con guía por diferentes lugares del pueblo. Esto debe ser tenido en cuenta: Si el visitante no tiene cierto estado físico que le permita sortear  las empinadas cuestas de las calles, deberá optar por esos carritos o quedarse a incrementar su falta de estado, zampándose una porción (o varias) de schwarzwaldtorte matizada con una cerveza bock artesanal o coca cola diet jajaja en alguna de las excelentes casas de té o restoranes...
Los exploradores y sus acompañantes hicimos gala de un excelente estado a pesar de ciertas zapanes y nos mandamos un tour hasta La Cascada.



El Río del Medio

El bar Suizo. Luego sería atacado por hordas hambrientas...

Coníferas en el pueblo
En general, es notable cómo se mantiene el clima del pueblo casi sin alterar. Las viejas sendas que conocimos hace 48 años, se mantienen; esos increíbles trabajos de los pioneros que tallaron piedras para transformarlas en cómodos escalones, cartelitos, puentecitos para sortear vertientes, etc, están luego de tantos años y miríadas de pisadas. Algunos arreglos hechos por la comuna con cemento, desentonan un poco con el entorno natural, pero sabemos que lo que los particulares nos esmeramos por hacer, los políticos se encargan de arruinar. Por lo general son personas sin sensibilidad, cuando no impotentes. Lo mismo, que se haya permitido instalar el complejo "El peñoñ del águila" que nos parece no pega para nada con el entorno. Por otra parte, una pena que haya cerrado el Minibar, uno de los lugares tradicionales que tantas veces visitamos.


"Eyasss..."



Escalones en el camino!!!

La Cascada

La vida es bella...


El lugar es hermoso y la cascada en ese momento, a pesar de la sequía tenía bastante caudal. El agua es extremadamente fría, no obstante algunos exploradores se animaron a sumergir toda su humanidad en el gélido fluído.


Hija y padre

Estre en la Wasserfall



Ahora van unas pocas fotos de flora y fauna de las obtenidas por Julia. El momento no daba para andar recorriendo piedras en busca de primicias o de acechar a aves lo más cerca que se pueda.
Además, alentamos a nuestros seguidores a que profundicen el uso de su cámara con la función MACRO. Si obtienen buenos resultados los publicaremos en sucesivas entradas. A mandar las fotos!!!!






Foto obtenida por Estrella



El viaje con los Acosta

El domingo siguiente fue el turno de los Acosta, siete en total, contando a Josue el bebé. El recorrido del viaje fue el mismo, aunque las paradas difirieron algo, ya que nos detuvimos un largo tiempo en el río Santa Rosa, porque a Carlos y a los chicos el lugar les pareció espectacular, cosa que realmente es así. Necesariamente, esta parte del relato, será más corta que la anterior, para no repetirnos con las mismas cosas.
Los Acosta y los López
  Salimos desde Santa Rosa, el lugar del encuentro para hacer compras de último momento, rumbo a Yacanto. Carlos era la primera vez que andaba por las sierras con su vehículo familiar, que durante todo el viaje se comportó de primera.
Luego de pasar Yacanto, nos metimos en la tierra, donde comienzan unos paisajes espectaculares. Inmediatamente en el primer mirador paramos a ver esas sierras y esos valles majestuosos que tanto impresionaron a nuestros queridos sobrinitos.

Carlos chasirette

Paisajón

Los Acosta

Los Acostita no muy convencidos de posar

Andrea y el de atrás parece ser Harrison Ford o Buster Keaton...
En pocos minutos llegamos al río Santa Rosa y los Acosta decidieron, al ver el lugar, que era ideal para pasar parte del día. Y en verdad lo era, salvo por un detalle: La falta de sombra. En efecto, no hay un árbol en las cercanías y los pocos proyectos de sombra ya estaban ocupados por otras personas. Los chicos sin dudarlo se metieron al agua y los grandes con algo más de calma, no tardaron en hacerlo, ya que el día, a pesar de ser bastante temprano, pintaba para muy caluroso. Era notable que se veía mucha más gente que el domingo anterior. Carlos instaló la carpita para el bebé y todos contentos nos fuimos al agua.

Las Rojo

Néstor no puede con su genio, explorando a pleno sol

El Santa Rosa y Néstor chiquito

Josue en su carpita

La playa y el puebte blanco

La Colo

Luego de comer algo, decidimos seguir viaje, ya que la belleza del lugar no disimulaba a los rayos del sol que estaban cocinando de a poco a todos y especialmente a Néstor.
La llegada a la Cumbrecita fue sin novedades.



Cruzando el río del Medio

Abi y Uriel

Abigail con compañía

Esperando

Seria

Abi y David pensativos

Confitería Liesbeth tradicional
Luego de pensarlo un poco, nos pareció que ir a la Cascada, era muy dificil para Andrea y su bebé, por lo que decidimos dirigirnos hacia La Olla, lugar más accesible e igual de bonito. A los pocos minutos etábamos en el sitio

Confraternizando


Sobre las raíces

la cascada de la Olla

La Olla

Familia


Los primos Estrella, Jairo y Uriel, tirándose desde unos 4 metros de altura a la Olla.

Luego de todas las piruetas imaginables por parte de los chicos, arrancamos rumbo al arroyo del medio en busca de unos mates reparadores. Carlos compró en una panadería cercana unas facturitas que estaban riquísimas y que fueron acabadas al toque.

Anochece en La Cumbercita

David y su hermanito Josué

Amenaza de lluvia
Y aquí terminamos el relato de esta saga familiar de dos viajes. Cada familia con su estilo, nos brindó una agradable y cariñosa compañía a lo largo de viajes, visitas y comilonas. Todo muy estimulante. Gracias a  todos ellos por su presencia!!!!


Y como no puede faltar, los experimentos fotográficos de Julia...: