martes, 24 de enero de 2012

Tercera Parte: Los Vallecitos a Merlo (San Luis) y regreso



Y llegamos a la última parte del hermoso viaje que pudimos concretar.

Fecha: 26 al 29 de Diciembre de 2011
Km Recorridos: 283 en auto: 8,5 a pie.
Duración: 4 días
Transporte: Nuestro Renault 12 modelo 92
Integrantes: María Julia y Néstor
Equipo: Quesos,frutas, verduras y agua mineral de Autoservicio La Esquina de Villa Amancay, termo, yerba, mate; galletas de Panadería La Costanera de Villa Amancay, conservadora de 14 litros, cocina a gas, cartuchos de gas, enseres de cocina, carpa iglu de 4 personas, colchón inflable, 2 faroles a led, pilas de repuesto, bolsa de dormir, almohadones, elementos de aseo personal, pala de campamento, herramientas varias, cámara Nikon L110, 
Clima: 1º día soleado caluroso, 2º: nublado, soleado caluroso, 3º día: parcialmente nublado, 4º día: Amenaza de lluvia con lluvia fuerte por la mañana.

Arrancamos temprano el tercer día de nuestro excitante viaje. Juntamos las cosas e inmediatamente partimos hacia la provincia de San Luis distante solo a unos 16 km. Según los informes que teníamos, el camino en esta última parte, estaba muy malo, cortado por las lluvias y además las útlimas subidas eran "prácticamente imposibles" con un auto de tracción simple. Pero en realidad sabíamos que son exageraciones de algunas personas que mienten de ese modo quién sabe por qué motivación. En realidad sabíamos que no tendríamos problemas por referencias confiables, y porque además nuestra experiencia con los testimonios ajenos nos dice que , gran parte de lo que se dice, personalmente y en algunas páginas de internet es puro bolazo. Que una Chevrolet Blazer apenas llegaba, que si no es 4x4, quedás colgado en las subidas o encima  de una piedra suelta, etc.... en realidad el camino se vuelve algo más angosto, hasta que se llega al filo, donde en los últimos 4 km circulamos a más de 80km/h en un camino casi perfecto, ancho y tipo faldeo veloz, en fin...

Un nuevo día en las sierras

Rumbo a Merlo

Primera parada a desayunar
Al salir del desvío a Los Vallecitos, cerca de la entrada para Cerro Aspero, paramos al costado del camino a desayunar, con la vista del Aspero a unos pocos km de distancia. La mañana estaba realmente fría tanto que fue necesario ponerse los largos y una campera. El desayuno de mate con las galletas marineras y mermelada de frutilla y cassis fue reparador y hermoso, ya que no muy seguido se desayuna mirando el cerro motivador de tantas historias oídas desde la más temprana niñez de Néstor. Recordó a Pituco Alvarez (justicieramente homenajeado con el nombre de la calle del dispensario en su Amboy, Calamuchita, Córdoba, Argentina, natal.) y un SIAM Di Tella que llegó con lo justo a Cerro Aspero y tantas historias de éxitos y frustraciones en el afán de conquistar tan barvo camino.

Luego de desayunar muy pausadamente, emprendimos el último tramo de camino, sabedores que en pocos minutos ya estaríamos en la otra provincia.
Néstor en el límite entre Córdoba y San Luis, más allá el Renol y luego... 1200m de nada...
Casi sin darnos cuenta, llegamos al límite, donde comienza el asfalto en la vecina provincia. El vacío que se ve del otro lado es impresionante. Según alguna vez me contó Daniel Alvarez de Amboy, El Tranqui, estas sierras son plegamientos secundarios de la orogénesis andina, que sucedió durante el terciario, de allí la compresión que hay del lado occidental, que contrasta con el declive pausado del lado oriental. El lugar es relamente impresionante. En más o menos 10 km de ruta enroscada, se descienden unos 1200m de altura, ya que se pasa de los 2120 m en el límite hasta 934 m sobre la ruta 5 en Merlo.

Arroyos con poca agua en San Luis


Merlo desde arriba
El lugar y la obra vial son impresionantes. Se baja o sube en 10km lo que del otro lado lleva unos 50km hacerlo. Obviamente que semejante desnivel es toda una prueba para los autos, especialmente los viejitos como el nuestro.
La bajada no ofreció inconvenientes, salvo la molestia que aún yendo en 2º marcha, el auto se embala con las pronunciadas bajadas. Obviamente el freno hay que usarlo con prudencia, para evitar el recalentamiento de las pastillas o cintas y el riesgo de quedaerse sin freno. Entre la 2º y 3º, bajamos en unos 20 minutos. Lo cierto es que a las 8 estábamos en pleno centro de Merlo con casi todos los negocios abiertos. Nos aprovisionamos de pilas, hielo y mermelada, luego de hablar con una amable señora, dueña del autoservicio donde fuimos. Los precios, más baratos que en Santa Rosa de Calamuchita. Nuestra interlocutora nos recomendó algunos lugares, pero lamentablemente los arroyos estaban todos secos y el calor ya era sofocante a las 9 de la mañana. Fuimos a la terminal vieja, donde nos cambiamos la ropa por los cortos y remera y luego arrancamos hacia el sur por la ruta 5. Cada pocos metros hay un nuevo barrio y todos tienen salida hacia las sierras. El calor sofocante iba en aumento y la tierra flotaba en el ambiente. Luego de buscar algún lugar para el campamento a lo largo de unos 10 km, no encontramos nada que nos gustara, salvo hermosos centros turísticos con pileta y diferentes grados de servicios. Dimos la vuelta y encaramos hacia el norte. Muchísima gente por todos lados y tampoco apareció nada. Volvimos al centro y recorrimos algunas cuadras viendo algunas construcciones de intersante arquitectura de otros tiempos.
Callecita rumbo a la sierra

Néstor y los Comechingones

Hermosa iglesia de Merlo

Otra vista
Casa en el centro


Interesante propuesta gastronómica y cultural en pleno centro
Cuando decidimos cargar combustible, nos encontramos con la sorpresa que no había de ningún tipo y en la GNC no tenían presión. Eso y el constante aumento de la temperatura, nos decidió a volver a la sierra amada. Pero... sería una tarea algo dificultosa llevar a cabo esa intención...
No le encontramos la vuelta a Merlo, por lo que tomamos por la ruta que lleva al filo. Inmediatamente nos dimos cuenta de que nos esperaban unos km de constante subida, aún estando en las calles centrales. De a poco abandonamos los suburbios y en algunos minutos ya estábamos de lleno en la monumental trepada. Al ver un descanso a la izquierda, donde ofrecen el servicio de supertirolesa, paramos a descansar y ver el paisaje y advertimos que la temperatura del motor estaba por la nubes. Estuvimos una media hora esperando que todo se enfriara. De a poco fuimos viendo que autos viejitos como el nuestro no pasaba ninguno y casi todos eran nuevos y de cierto tamaño. Arrancamos nuevamente y a los pocos cientos de metros decidimos parar nuevamente y controlar el motor. Así, de ese modo hicimos todo el trayecto, lo que nos demandó casi 2 horas
Hermosa senda en los Comechingones

Cielo y Tierra

Super Tirolesa en la trepada
Deportes aereos en el vacío

Primeros tramos de la trepada

Néstor algo preocupado con la mega subida
Así se ve para abajo...

Destino: Allá arriba

Suuube... suuube...
La poca potencia de nuestra nave, se hizo sentir en esta instancia. Casi todo el tramo en 2º marcha y solo en algunas ocasiones se podía enganchar la 3º por pocos metros. También la carencia de electroventilador es crítica. Según lo que nos enseñaron en física de la escuela, la temperatura de ebullición baja 1ºc cada 180 metrosque se sube, por lo que se puede calcular que llegando a la cumbre ese parámetro desciende a menos de 90ºc. No obstante le seguimos dando hacia el ansiado filo.
Los vacíos son impresionantes

Suur... paredón y después

Las sierras grandes en pleno
Vale la pena aclarar que las fotos por más buenas y nítidas que sean, no alcanzan para transmitir la sensación de vacío, de volúmen "desocupado"  que genera estar allí mirando esos 1200 que bajan casi a pique, por eso les decimos que en algún momento hay que intentar pisar esos terrenos.
Hermosa vista

Piedras sueltas a cada rato

Llegando al filo

Retrocedé un poquito mi amor que no sale el pie...
Finalmente, siendo las 13 horas, llegamos al filo y paramos para descansar el auto y nosotros, ya que nos resultó algo cansador. No obstante, seguíamos en carrera.
Decidimos almorzar allí, ya que si bien estábamos a pleno sol, la temperatura era agradable. Sacamos nuestros avíos y armamos unos ricos sandwiches mientras el auto y nosotros nos reponíamos del esfuerzo. A los pocos minutos nos vimos rodeados de unos graciosos y vistosos pajaritos con el lomo pardo y el pecho rojo naranja, diferentes a los brasitas que hay abajo. Además, y eso es de notar, las aves en general, son mucho más mansas y confianzudas que abajo. Comían las miguitas que les tirábamos a pocos centímetros de nuestras manos.
Almorzando en el filo, la heladera de Juan y las galletas de Jimmy

Pajarito confianzudo comiendo miguitas

El filo hacia el sur
A las 14hs arrancamos nuevamente y en pocos minutos ya estábamos en la bajada rumbo a Luti. El cansancio era grande, pero cuando nos encontramos con el desvío hacia Cerro Aspero, decidimos ir a indagar para futuras exploraciones. Néstor se mandó como venía, pero Julia le advirtió que podía estar mala la bajada, cosa que era así efectivamente. Dejamos el auto estacionado y caminamos hasta el lugar conocido como forestación y allí vimos que algunos tramos eran impracticables
Primeros tramos hacia Cerro Aspero

En las cercanías de Cerro Aspero

Algo de piedra suelta
En total caminamos unos 4000 metros entre ida y vuelta Algunas zanjas son enormes. Cabe consignar, que tuvimos la suerte de ver a tres cóndores!!!!!!!!!!!!!!!!! (vultur gryphus). Uno de ellos tuvo la deferencia de acercarse (seguramente lo vio a Néstor) y si bien en el momento de mayor acercamiento la cámara se estaba acomodando, obtuvimos una toma más o menos digna. Esos enormes buitres hace algunos años estaban al borde de la extinción en las sierras cordobesas. Néstor había avistado unos, hace unos 30 años atrás, en las cercanías de Cerro Pelado, Calamuchita, Córdoba y ahora este avistamiento, confirma que la especie está en firme recuperación, ya que se produce bastante más al sur que lo habitual. Si ponemos la foto a pesar de ser concientes de su poca calidad técnica, es porque nos pone muy contentos haber podido obtenerla.
Un cóndor cerca de Cerro Aspero: BRAVO!!!!!!
Al regresar de la caminata, el estado de ambos era deplorable. Nos subimos al auto y descansamos unos minutos. Finalmente Néstor expresó su cansancio y las pocas ganas de manejar hasta Luti, que era la parada pensada para pernoctar. Sin pensarlo demasiado regresamos a Vallecitos y una corta siesta nos esperaba.
La forestación
Cola de Quirquincho en Cerro Aspero
Vuelta a Los Vallecitos

Los exploradores con sueñito
Julia a punto de torrar una siesta
Llama que llama
La escuela
Luego del reparador descanso, no pudimos evitar la tentación de hacer una nueva caminata por los alrededores. Tomamos por la antigua salida de Los Vallecitos, donde está la escuela provincial "Leandro N. Alem" Luego de nuestro retorno a casa, Gladis Vélez nos comentó que su hermana Estela ejerció como maestra en la escuelita y ella frecuentemente la acompañaba. Es una de las pocas de la provincia que tiene el período de clases al revés que las demás, por cuestiones del clima riguroso que hay en invierno por allí. Luego tomamos por una loma cercana y encontramos una zona paradisíaca con enorme cantidad de helechos y otras plantas, que aprovechan la cercanía de una vertiente y la humedad particular del lugar.

La vertiente
Acabándose el día

Hermoso prado

A los saltos

Vida retorcida

Vista de Los Vallecitos

Ultimos rayos...
El día se acababa y regresamos al albergue a organizar la noche, con los faroles a gas y nuestros "platos voladores" las lámparas a LED súper económicas.
Julia le dijo a Néstor que no cocinaba más por el resto del viaje, por lo que la dirección de la cocina cambió de sexo. Dentro de las provisiones que iban quedando, esa noche degustaron un espectacular guiso de arroz Premium, por la calidad y cantidad de elementos que contenía.


Néstor Cheff

A la luz del farol

Al amanecer del cuarto día, arrancamos sin desayunar bien tempranito y con las primeras luces se alcanzaba a ver en el horizonte algunas columnas de lluvia, más o menos por la zona de Berrotarán o la sierra de los Cóndores. Paramos a desayunar en un hermoso alto, desde donde podíamos ver el desplazamiento de la lluvia hacia el sur.

Primeros reflejos
"Febuasoma"

Ya en viaje

Piedras blancas
Paramos a desayunar en un hermoso alto y algunos minutos después, emprendimos la bajada hacia Luti en medio de amenazas de lluvia en la lejanía y no tanto, ya que por momentos teníamos algunos chaparrones. El camino estaba en perfectas condiciones y las luces filtradas por las nubes de tormetna, daban tonalidades hermosas y originales.
Encuadre repetido, pero con variados matices
Caballos al galope. Atrás se ve la lluvia

Tonalidades mañaneras

Rumbo a Luti

Finalmente llegamos a Luti sin lluvia. Hacía muchos años que no entrábamos al pueblo y aparentemente la furia inmobiliaria que ha atacado a casi todo el valle, no se ve en Luti, que se mantiene casi igual, salvo las nuevas instalaciones de la comuna, escuela, etc. Pasamos el pueblo y recorrimos un tramo del camino que sigue más allá, hasta que reconocimos el lugar donde hace 24 años, estuvimos con Caito Boggio y su familia, junto con nuestra hija Lucía, en aquel entonces un bebé.

Lugar del día inolvidable con los Boggio

Arroyo de Luti

Una forestación enel pueblo

Lindo rinconcito

Néstor

Julia en Luti con mirada Leonardesca
Luego de dar una vuelta por los alrededores, que tenía como objeto no solo ver los paisajes, sino encontrar un lugar para acampar, volvimos al casco y encontramos a una amable señora con quien nos pusimos a charlar. A los pocos minutos se acercó un hombre de cierta edad, que resultó ser Don Limbano Guillermo González, un antiguo vecino de Luti con quien hacía 24 años habíamos compartido un lechón al horno, en una noche para recordar. Don Guillermo nos invitó nuevamente a su casa e inmediatamente se armó la ronda de mate, matizada con historias y sonrisas y un riquísimo pan dulce con que fuimos convidados.

El cortijo en la casa de Don González

La casa

Tiene sus años

Hermosa construcción

El galpón

El ingreso

Néstor mirando la casa


Pero, todo tiene su final... a esode las 10hs comenzó a llover muy fuerte y con viento y decidimos volver a casa antes de lo previsto. Lejos de amainar, la lluvia aumentó su intensidad, por lo que saludamos a Don Limbano y partimos con cierta premura.

saliendo de Luti


Lluvia en Luti


No se ve mucho
Finalmente, al bajar alcanzamos a un 504, el 1º auto que veíamos en 24 horas fuera del nuestro. Decidimos ir a Embalse, ya que la cantidad de combustible que nos quedaba no era mucha y allí, al menos gas conseguiríamos. Llegamosa casa al mediodía donde nuestros hijos nos esperaban con un reconfortante almuerzo. Terminaban así, casi cuatro días de hermosas y atesorables experiencias. Habíamos vivido un intenso tiempo de soledad, belleza, rusticidad, pureza... el aire tiene otro gusto, otro aroma allí arriba; los colores se mezclan en una increíble paleta... estábamos purificados, nos sentíamos libres... la sierra... nos mostraba su poder, su generosidad...la sierra es mágica...!

Como siempre, aca les dejamos algunas de las fotos de flora y fauna de Juli. Además, queremos agradecer a todos nuestros seguidores que son muchos, que con su presencia nos alientan a continuar y tratar de mejorar.Un saludo especial a Luis Tomas, por su afectuoso mensaje y a Silvia Boggio, por ser nuestra primera Tiffossi. Gracias!!!!!











 Somos Mineral?: Dos Adoquines; Vegetal?: Dos Troncos; Animal?: Dos Bestias. SOMOS...